Bombi, apodado así por su habilidad para destruir balones de fútbol de una sola patada, es el personaje central de una divertida e imaginativa aventura entre los niños de su barrio. Olivier Marechait, su nombre real, es conocido por su fuerza excepcional, lo que hacía que los juegos de pelota con él fueran problemáticos.

 

Un día, Lucie, una niña llena de ideas, propone un nuevo juego adaptado a las fuerzas de Bombi: una competición de lanzamiento de objetos. Para Bombi se eligió un viejo neumático de tractor, siendo el único objeto suficientemente robusto. Durante su juego, Bombi lanza la llanta con tanta fuerza que termina atascada en un árbol.

 

En lugar de desanimarse, los niños convierten este incidente en una nueva fuente de diversión. Inventan varios juegos alrededor del árbol, incluidos intentos humorísticos de recuperar el neumático e historias imaginativas sobre cómo llegó allí. El árbol, apodado “El guardián de los neumáticos”, se convierte en un lugar de reunión y un símbolo de su amistad y creatividad.

 

La historia termina con una nota feliz, mostrando cómo los niños convirtieron una situación problemática en una aventura memorable, celebrando la amistad, la imaginación y la capacidad de encontrar placer en los momentos más inesperados.